Descripción
Cuando escuchamos las palabras castigo y premio, puede que nos imaginemos a unos padres aplicándolos a sus hijos. La realidad, es que podemos aplicarlos incluso hasta en las relaciones amorosas, sin ser explícitas necesariamente, ya que muchas veces su efecto es inconsciente. Aprende a influir, a condicionar conductas y hasta a educar con castigos y premios.
Jorge Juan Canovas –
No imaginé que aplicando de manera sutil ciertos castigos y premios puedas influir en las conductas de otras personas, sin ser tus hijos. Muchas gracias por tan valiosa información.